EL PAÍS DE UNO
DENISE
DRESSER
No es posible que una
persona pensante viva en nuestra sociedad sin querer cambiarla
George Orwell.
George Orwell.
Esta es una de las frases
con las que inicia la primera parte del libro, un pensamiento que des-afortunadamente compartimos hoy en día; un cerrar de ojos ante la injusticia
de un país somnoliento, de una sociedad que vive con la manos extendidas
esperando a recibir algo mas, un país que se resigna y no educa, un país que
siendo tan privilegiado esta estancado por las malas y mediocres decisiones de
quienes lo han gobernado.
De acuerdo con Denise
Dresser “El país de uno” (2011) algunas
de las causas de este notorio retraso pueden ser: por el petróleo, por el
modelo educativo y el tipo de cultura que crea, por la corrupción que esa
cultura permite, por la estructura económica y por un sistema erigido para que
todo eso no cambie. Sin embargo no basta con eliminar lo anterior mencionado,
se necesita un cambio de mentalidad en la sociedad, necesitamos dejar el
conformismo y la resignación; tenemos que enfrentarnos a la realidad en vez de
acomodarnos a ella.
Pero por otro lado están los
que quieren vivir en un México rezagado, en un México con poca educación, en un
México corrupto; por que “según” ellos
es mas fácil vivir entre mordidas y evasión de impuestos, por que es mas fácil
formar parte de esas practicas que denunciarlas “Eso lleva a que los mexicanos
tengan pocas cosas amables que decir sobre sí mismos o sus compatriotas” Denise
Dresser “El país de uno” (2011).
Vivimos segados ante un
gobierno que distribuye de manera desproporcionada un “botín” donde
presidentes, senadores, diputados, y todo poder político recibe mas de 150,000
pesos en remuneraciones y aguinaldos, esto sin rendición de cuentas, y seguirán
así abuso tras abuso sin que nadie pueda decirles nada. Donde la compra de
carros, vestimentas, viajes, acompañantes, desviación de recursos “públicos” son parte fundamental de una
“cultura” política.
Pasando a otra parte del
libro nos hace mención de una ideología “Hankista” que a sido parte aguas en la
conformación de un régimen priista, y ha enseñado una forma de construir y
ejercer el poder; a continuación algunas de sus lecciones:
Denise Dresser “El país de uno” (pág. 81-84)
Denise Dresser “El país de uno” (pág. 81-84)
1)
Mano de Hierro, guante de terciopelo:
Caballerosidad, el autoritarismo funciona mejor cuando se aplica de buenas
maneras, y cuando se ejerce con aparente suavidad.
2)
Enriquécete y vencerás: La política es
patronazgo, un andamiaje de clientelas favores, contratos y concesiones que
sostiene y alimenta una amplia franja de la clase política del país.
3)
Por encima de la ley, la amistad: Declaro que
en México, la amistad es casi una religión, la amistad como complicidad.
Protege y serás protegido. Encubre y serás encubierto. Ayuda y serás ayudado.
4)
Averigua el talón de Aquiles de amigos y
enemigos: Amasar información, averiguar de que pie cojea quien, y de que tamaño
es la cola que todos tienen.
Estos
4 puntos han sido aprehendidos y traspasados de generación en generación
priista y en algunos casos emuladas por miembros de otros partidos; han sido la
forma de gobernar y enriquecer a un solo sector de la sociedad.
El
principal precursor de esta ideología tendría que ser Carlos Salinas de Gortari
que en el momento de su gobierno quiso ser reconocido por las reformas y la
modernización que impulso, pero que por la gran mayoría de la población es
recordado por la corrupción, asesinatos, los errores de pre-diciembre, y la
crisis que provoco. “Quería cambiar a México pero no lo suficiente”.
Sin
embargo la impunidad arrastra consigo amigos y enemigos, políticos y poderes
gubernamentales, “un legado de poder arbitrario”, que la mayor parte de la
población “creía” que se acabaría con Vicente Fox. Un presidente corrompido por
el poder absoluto que decidió gobernar medianamente, que prefirió dar una buena
cara y no enfrentarse a lo que el país necesitaba, un presidente que “será
recordado en gran medida por todo lo que pudo hacer y no hizo. Por todo lo que
el país exigía y el ignoro. Por todos los pactos y negociaciones con el PRI
vinculadas a dejar atrás un “gobierno dividido”, por la decisión de desafuero
de AMLO, por permitir que Martha Sahagún tomara decisiones a costa de las
leyes; por la mediocre postura política que decidió tomar sin ejercer cambio en
las reformas, sin prestar atención a lo que con tanto sollozó gritaba el
pueblo, el fue el gran “golpe en la pared”.
Después
de todo seguimos estancados en la misma zanja, seguimos esperando un cambio en
el pensamiento y percepción de los políticos ante una sociedad vacía y hambrienta;
algunos seguimos con los brazos abiertos esperando y otros con los ojos
cerrados fingiendo que nada esta pasando.
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